Blog de la vida cotidiana de Punta Arenas

Textos y fotos del diario vivir de Punta Arenas, ciudad capital de la Región de Magallanes y Antártica Chilena.

Monday, November 14, 2005


De aventura por la playa

- Un caso de insólito final


No era el lugar más limpio de la Patagonia pero, bien servía para tomar un descanso. Fue escogido por dos pingüinos rey (los segundos en mayor tamaño, después del emperador) que se aventuraron en la mañana del viernes en la playa de Avenida Colón.
Una dama, que se encontraba allí desde de las 8 de la mañana dijo que a esa hora ambas aves ya habían salido desde el estrecho.
La noticia de la presencia de dos pingüinos corrió rauda por las calles. Alumnos del Liceo Luis Alberto Barrera, turistas, fotógrafos, un carabinero (necesario para poner orden), alumnos del Insuco, funcionarios de Investigaciones y periodistas llegamos a captar el momento. ¡Ah! También, un perro.
Las aves despertaron todo tipo de exclamaciones de admiración y ternura. La pareja (según algunos eran hembra y macho) permanecía tranquila, sintiéndose admirada.
Fotos desde todos los ángulos, con el estrecho de fondo, con la ciudad de fondo, con público y hasta, con barcos en lontananza. Las aves, mientras tanto, se acicalaban. Al grupo se sumó una madre con dos hijos pequeños y uno más en brazos. Más tarde, llegó una profesora en busca de los liceanos.
Regocijada por el inesperado espectáculo se sumó al grupo la fotógrafa brasileña Inés Paulino. El dato había llegado también a la Casa Azul de Arte.
Todo iba bien, cerca de las 11 de la mañana, hasta que llegaron... ellos. Dos funcionarios del Sag. Operativo en marcha... transportaban una jaula para perros y un receptáculo usado generalmente para la basura, con dos grandes ruedas.
Sin que hubiera motivo alguno, el funcionario comenzó su labor. Con una mano enguantada inició su trabajo para que las aves volvieran al estrecho. Ambas se resistían, querían seguir descansando, tal vez, agotadas de escapar de la foca leopardo que había sido avistada el día anterior. Pero, la decisión ya estaba tomada. El hombre insistió en corretear a la pareja hasta que las aves retornaron al agua. Una de ellas quiso volver, graznando en busca de su pareja, a la que perdió de vista. Emergió algunos metros más allá y se acercó a la orilla pero, el hombre, se lo impidió. Atento y vigilante, permaneció por algunos minutos. Misión cumplida. Todos se fueron de lugar.
Cerca de una hora más tarde, recibimos un aviso. Un pingüino había aparecido en la playa, a la altura de Carrera Pinto. Andaba solo, buscando todavía a su pareja.

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